El individuo, como artesano, se ha transformado en un sujeto cuyo nombre me permite prescindir de predicados y justificantes. Cuando la noche te pone frente a frente con la réplica de tu propio personaje te preguntas hasta qué punto llegaste en el Salón de los Espejos. Con él, y con otras especies que desaparecen, voy detectando, antes, y eliminando, después, los excedentes de la cada vez más dilatada e inabarcable vida asocial de nuestros días, esos en cuya letra pequeña figuran tantas citas a ciegas con uno mismo como deudas pendientes con vendedores de humo. Para elegir tenemos en el repertorio una serie de conflictos, que son siempre los mismos y aparentemente innecesarios, y no parecen desprenderse fácilmente ni borrándolos de nuestra contradictoria y mutante agenda de compromisos adquiridos e impuestos. Si aceptamos, olvidando el cansancio o el desgaste que los acompañan, que lo difícil es ir asimilando la esencia de la vida sin dejar de disfrutar, sin aniquilar las pocas cosas importantes que se pueden aprender de ella, entonces estamos de acuerdo: siempre habrá caminos y caminantes, historias y protagonistas. Si aún podemos ofrecernos solos, pero enteros y predispuestos, ya no importa de qué manera, ni en qué parte, o si lo hacemos con o sin sufrimiento, con o sin placer... Si menos es más, entonces seguiré bebiendo despacio de las fuentes que me abastecen, aquellas a las que debo corresponder con el único bien inmaterial que poseo: la forma de mi propio tiempo.
me gusta acostumbrarme al naufragio en el que vamos sobreviviendo en este mundo, porque nunca queda una palabra sin otra mejor y no pararemos de darnos cuenta lo importante que es cada canción, cada letra...
oye pájaro, que macuerdo vos,
a mí por ejemplo me gusta este poema del señor palomares:
UNA DROGA MORTAL
"Me fui poniendo ciego con la vida
porque me fue gustando,
lo confieso.
Enamorarme de sus trucos más viejos:
las tardes, los paseos,
las citas en los bares,
comer fuera de casa,
charlar con los amigos,
probar lo prohibido,
amar sin compromiso,
liarme y desliarme.
Tener sueños de gloria
y utopías de una existencia mejor,
más razonable.
Gritar contra lo injusto
y ponerme del lado
del que no es nadie.
Había un no sé qué
por cargar lo que me echaran,
comerme el mundo
en un instante
y tropezar tantas veces
en la misma piedra.
Con el paso del tiempo
me ido quitando
de muchos de esos vicios,
de todo aquello que ya es necesario
y que es casi todo.
Por la borda he tirado
manías y prejuicios,
ambiciones que no valen la pena.
A pesar de los años
no me he desenganchado
de esta droga tan dura
que es vivir con un tiempo prestado
mientras el deseo me mata."
Ser politóxicomano es lo que tiene.
bsos y abrazo, hermano.
Celebro tu homenaje a Calamaro. Emociona ver como expresas tu gratitud y tu afinidad con el artesano de tu lado más humano, ofreciendo tu propio tiempo a sus canciones. Me gusto muchisimo la cancion. Bravo!!!
Leo en "la contra" de La Vanguardia que Lluís Amiguet escribe lo siguiente:
"James Grunig (un tipo de 65 años, natural de Iowa, pionero de la comunicación corporativa)- y Larissa, su señora, que no deja de añadir frases interesantes- no acaba de explicarnos nada nuevo, pero todo lo que repite suena como si lo fuera, porque lo olvidamos habitualmente.
Me recuerda a lo de Rodrigo Fresán: "por qué será que hay momentos pequeños en que un grande de siempre te hace sentir que está cantando exactamente lo que uno siente sin saber exactamente lo que está sintiendo. Supongo que el genio se trata de eso."
Con Calamaro (y con alguno más, no demasiados) suele ocurrirme con frecuencia aquello de "parece que esto me lo esté diciendo a mí". Y en realidad te está lo diciendo, está explicándote aquello que tú no te atreves a reconocer. Y un día es una canción y al siguiente es otra, pequeñas píldoras para que en el día a día uno no se sienta tan solo. Siempre están ahí, tendiendo puentes, atando cabos, para que una de sus reflexiones en forma de verso te hagan reflexionar a ti mismo.
En esta vida limitada en tiempo y en alegrías, donde no hay garantías para el próximo minuto, hay que apostar una elección tras otra a cambio de todo lo demás. Aún no sé si elegí lo que quería o en qué momento cometí el error y a partir de allí todas mis opciones no son en realidad mis opciones, como esos libros infantiles donde te envían a una página u otra en función de lo que elijas y parece que tengas el control de tu relato cuando el final ya nace viciado sabiendo como sé, que el paisaje es ancho y que siempre se puede mirar más allá pero, ¿son estos los libros y la música que necesito, la carrera a la que me quiero dedicar, los amigos a los que quiero entregar la forma imperfecta de mi tiempo? No sé, no puedo dejar de preguntarme cómo he llegado hasta aquí, y por qué me cuesta tanto marcharme a otro lugar, si total .
Supongo que por eso Calamaro, y las películas de Fellini y la imaginación que se niegan a conformarse con lo que hay, con lo que somos. La creatividad, el arte y todo eso, me parece, además de todo, que están ahí por una cuestión de dignidad humana; para decir la nuestra, para no ser vencidos de antemano, aunque estemos plenamente convencidos, como en esos libros infantiles, de la derrota final.
incluiré este texto en la ya larga lista de mis favoritos categorizados como personales...
aunque no te negaré que hay algo en lo que escribes que me entristece al pensar que las personas, en realidad, no somos tan diferentes las unas de las otras como nos pensamos... pues anoche me estuve peleando con mi personaje y todavía ahora me entretengo con la pinzas a quitar los trozos del espejo que rompí...que le vamos a hacer...
La vida es maravillosa, pero nadie dijo que fuera fácil. Por eso los pequeños buenos momentos son tan valiosos para mí.
Me gustaría aportar mi opinión de 'Caótica Ana'.
Hay por lo menos una frase en el guión, y una música en la historia, y muchos ojos que saben reflejar tan distintas sensaciones, tantas imágenes, que no son las puertas de Ana, que son otras puertas, otras ventanas, otras posibles explicaciones. Quizá lo pretencioso de la película haya sido intentar transmitir de humano a humano, demasiados mensajes. Y de humano a humano, intentar llegar a demasiados corazones. Puedo asegurar que el mío quedó atrapado.
A mí me gustó. Me gustó oir que una persona se puede sentir el ser más feliz del mundo por haber tenido la suerte de compartir su tiempo con otra persona. Las palabras más bonitas son las más sencillas. Como reza la canción,
Nacer en tu risa
Crecer en tu llanto
Vivir en tu espalda
Morir en tus brazos
Me he permitido el lujo de recomendar la película a algún amigo.
Comparto tu lectura de la película... son muchos mensajes a descifrar. Son tantos que no voy a ponerme a resumirlos en un post, porque merecen tardes y noches enteras de tiempo y silencio compartido bajo los mismos techos y cielos. Saludos!