Un taxista me habla de su remoto pasado como paracaidista en América latina y, entre calada y calada, me ofrece un cigarrillo Marlboro y me confirma como todos elaboramos nuestra propia leyenda a medida. Es la segunda vez que fumo en el interior de un taxi; en la radio suena California dreaming y hoy es miércoles. Lo único bueno que tiene el tabaco es que te permite entender por qué los fumadores buscamos un espacio en el que perder la mirada en silencio. El humo escapa por la ventanilla entreabierta y una parte de mí también. Los semáforos no están bien sincronizados, pero no tardo mucho en llegar, calle abajo. Me despido de aquel hombre con bigote y aspecto bohemio tal y como suelo despedirme de todo el mundo: "primero poco a poco y luego de golpe". Y así, tras el portazo, veo como desaparece con su luz verde hacia lo lejos. Un repentino ataque de aparente lucidez me permite sentir y definir la intensidad de los momentos fugaces, aquellos en los que te ves a ti mismo sentado en medio de cualquier parte, solo o acompañado, haciendo de las tareas más rutinarias algo extraordinario. Y ahí estoy, en el portal, buscando las llaves perdidas, sabiendo que cada noche hay estrellas que cruzan el cielo durante dos segundos sin que nadie las pueda ver (caer).
pensé en titularlo "la ley de la gravedad", por lo que conlleva dicha ley y por lo que ocurre con casi todos los elementos que aparecen en el imaginario del texto y el contexto... desde el paracaidista hasta las estrellas.
releyendo el final también me viene a la cabeza una cita interrogativa de Faulkner ("qué estrella cae sin que nadie la mire?") que da comienzo al libro Estrella distante, de Bolaño... que empecé y abandoné por vago, hace tiempo.
Lo demás... lo demás quizás son los fragmentos aislados de un costumbrismo atípico, es decir, de las cosas raras (que también pueden ser bonitas) de la vida.
Cualquier momento o tarea pueden convertirse en algo extraordinario, gracias a su fugacidad, a la precisión y sencillez del instante, a la magia.
Que te puedo contar a ti... que caminas creando momentos, pintando de azul los rostros ajenos... y viendo como la vida sigue, al tiempo que las palabras grabadas en cada cigarrillo van huyendo por el pequeño hueco de una ventanilla.
Un beso... y aprovecha para que tu mirada brille más que nunca, "primero poco a poco y luego de golpe" ;)
perro flauta akí tb es a hippies y más concretamente, si acaso, a los ke venden bebida en los festivales y en las fiestas de los barrios.
la foto es el cuarto de mi hermana, ke se acaba de ir de casa y me ha dejao akí, sin ella, y I miss her ya sabes
la acaban de echar de un curro y se va a poner de perro flauta este verano
me ha encantao el texto. cuando se escapa "una parte de ti también"
Vicky, el siguiente punto de inflexión está al caer! Y tú también estarás en Barcelona!
Isabel, tic-tac, toc-toc, "a pachas" siempre lo asocio contigo, tú eres de las que se dejan mirar (e incluso escuchar). Silvi, como decía algo escribió Isabel, las posibilidades están, existen, de tal modo que Madrid sois todos vosotros y mis ganas. Petons!
ese sentimiento hace unos siglos se llamaba cosmos, orden. Luego hace unos años se llamo paz interior. Hoy no sé cómo se llama (¿chil out, tal vez?), pero sigue sucediendo cada vez que alguien respira y ve el oxígeno en el aire o escucha y sabe diferenciar el sonido de las monedas del e los pájaros.
De: roberto o tercera persona y dónde me dejé dejé
Fecha: 2007-07-24 02:12
creo, si mi memoria no falla -cosa imposible (aquí va un guiño)- que el otro relato donde cuentas que pudiste fumarte un cigarro dentro de un taxi fue uno del año 2005, cuando venías de una boda. puedo equivocarme, pero no, casi estoy seguro.debería borrar el casi. no lo haré: hay que recalcar la caracteristica ontológica del siglo XXI a diferencia de la epistemológica del siglo XX.
paso por acá. siempre paso, en realidad, pero -nobleza y tradición obliga- nunca dejo un comentario porque ya he comentado mucho y porque tampoco tengo muchas cosas nuevas que decir. Digamos que no todo va bien, que siempre se puede estar peor, pero que la situación tiene nombre, fecha, y error. Dale, sigue con otis redding que seguro llegamos a un buen final.Por otra parte, y en otro orden de cosas (debería trabajar en un banco cada vez que escribo Por otra parte, lo pienso), estuve aceptado en la UB, pero mi universidad dijo "no". cosas de dineros. hay que recalcar el espíritu del "capitalismo tardío" de nuestra maravillosa generación. tan maravillosa que sólo el "capitalismo tardío" nos permite estar aquí y no y no y no...no sé donde.
Rompa estrellas, queridísimo. y recuerde que casi todas las estrellas ya están muertas, pero nos damos cuenta tarde tarde. en fin, no me alargo más, que esto no es mi blog. uuuh, tienes blog? no, ahora no tengo.
No tienes mala memoria, Roberto, pero en esa boda sólo fumé puros en los decorados exteriores de un restaurante de Pedralbes y recuerdo perfectamente que arrojé un vaso vacío sólo para escuchar el ruido de los cristales rotos, estando en compañía cómplice del amigo con el que fui en auto por Italia, allá en el 2004. En aquellos tiempos salmones, plagados de citas de Durrell y Sábato, tú estabas, ya no importa dónde, pero estabas (y más o menos como ahora). Aquella noche del 2005 había un amigo común, poeta mallorquín (you know) que también estaba de boda y con el que mantuve una ebria conversación telefónica en la que me confesó que me había escrito un poema que me ayudó a entender cuál era "el peso de los puentes".
En fin, que pasan los años, las ciudades, los amigos, las estaciones siempre invertidas (pero los extremos, ya sabes, se tocan) en ambos hemisferios...
Tú y yo hemos hecho viajes de ida y vuelta, por separado, y eso conlleva que de vez en cuando nos den ataques de nostalgia, que bajo mi humilde criterio, siempre podemos exprimir en su vertiente positiva. Don't forget it...
Probablemente (es más, estoy seguro) nuestros dicursos actuales (esos en los que da la sensación de que se sabe mucho cuando en realidad sabemos que no sabemos tanto) no difieren tanto en esencia de nuestras conversaciones antológicas.
Nos quedan los guiños a Pavesse, los poemas de Goytisolo, Lihn, Teillier, Luis Alberto de Cuenca y muchos otros que tú me descubrirás, algunos nombres de mujer que se difuminan en la memoria como las micros amarillas de Santiago, la conciencia de ese tipo de estrellas fugaces, y canciones de Fito, como AL LADO DEL CAMINO, en las que hoy nos sentimos más reflejados que nunca.
En definitiva, queda la capacidad de sentir y compartir, que no es otra cosa que sorprender y que nos soprendan... en el lugar y en el momento preciso.
Ya lo sé: no siempre resulta tarea sencilla. Nadie dijo que lo fuera. A veces, cuando terminas de armar el puzle, te sientes un poco idiota, pero créeme, todo es pasajero. Creo que la historia nos demuestra con mil ejemplos como la nuestra es una especie que construye sus castillos sobre las ruinas del pasado.
Nos llamamos! Un abrazo enorme señor.
P.D. Va, lo cuento: De Poblenou a la parte alta de la Diagonal, en 2005, era de día y pedí permiso expreso... Bajé la ventanilla, aún era verano aká.
En "62/Modelo para armar" Cortázar nos regala eso que todos los fumadores sabemos y que los no fumadores intuyen al esconderse tras los gestos de un bolígrafo en la mano. Y es que, al fin y al cabo, fumar es más costumbre y contexto que vicio.
"Nos sentíamos como avergonzados y no
nos mirábamos, con el desamparo de todo civilizado que no puede
encender un cigarrillo y refugiarse tras de los gestos, de la cortina de
humo. Como desnudos en ese sofá que los neuróticos codiciaban desde
diferentes rincones de la sala."
"cosas raras (que también pueden ser bonitas)"... Eso seguro. Hace tiempo que no se nada de ti, desde que te fuiste sin decir nada. Como dices: Primero poco a poco y luego de golpe. A ver si tomamos unas cañas. Un abrazo Xavi.