....yo ne sé xavi
que decir,
tengo la bocabierta y en pole position la lengua,
pero no termino de arrancar, estoy como calado...
te leo, y eso, que te quedastes con las
palabras de mi depósito...
increíble,
y de verdá que lo siento por el sr, fallecido,
no he tenido la fortuna de leer
nada de él, pero por que oído y leído
en la prensa, era un crack además de una excelente persona incluido el ser humano que se fue,,,
aunque parezca absurdo eskorbuto tenía
un canción que decía "solo se mueren los buenos joder...."
y llevo acordándome de la cancioncilla
desde hace 16 años siempre que se vá pa siempre alguien que merece la pena,,,
Por turnos. Una obviedad pero... el sentido de las preguntas no se encuentra en sus respuestas; en verdad lo importante está en la conversación sobre esas preguntas.
Adolfo Aristaráin lo sabe explicar mucho más bonito.
"Me preocupa que tengan siempre presente que enseñar quiere decir mostrar. Mostrar no es adoctrinar, es dar información pero dando también, enseñando también, el método para entender, analizar, razonar y cuestionar esa información. Si alguno de ustedes es un deficiente mental y cree en verdades reveladas, en dogmas religiosos o en doctrinas políticas sería saludable que se dedicara a predicar en un templo o desde una tribuna. Si por desgracia siguen en esto, traten de dejar las supersticiones en el pasillo, antes de entrar al aula. No obliguen a sus alumnos a estudiar de memoria, eso no sirve. Lo que se impone por la fuerza es rechazado y en poco tiempo se olvida. Ningún chico será mejor persona por saber de memoria el año en que nació Cervantes. Pónganse como meta enseñarles a pensar, que duden, que se hagan preguntas. No los valoren por sus respuestas. Las respuestas no son la verdad, buscan una verdad que siempre será relativa. Las mejores preguntas son las que se vienen repitiendo desde los filósofos griegos. Muchas son ya lugares comunes, pero no pierden vigencia: qué, cómo, dónde, cuándo, por qué. Si en esto admitimos, también, eso de que 'la meta es el camino', como respuesta no nos sirve. Describe la tragedia de la vida, pero no la explica. Hay una misión o un mandato que quiero que cumplan. Es una misión que nadie les ha encomendado, pero que yo espero que ustedes, como maestros, se la impongan a sí mismos: despierten en sus alumnos el dolor de la lucidez. Sin límites. Sin piedad".
Diálogos de "Lugares comunes"