...y de fondo: Kamikazes enamorados - Quique González
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"El destino es la sensación de que sabes algo sobre ti mismo que el resto del mundo ignora. La imagen de ti mismo que tienes en la mente acaba por hacerse realidad. En cierto modo es algo que debes mantener en secreto, porque es un sentimiento frágil, y si lo sacas a la luz, alguien lo destrozará. Más vale guardar todo eso dentro."
Noches. Fueron dos. Y cada una tan distinta a la otra...
Tras la primera, regresé a casa con la cabeza metida en una nube de polvo, de esas que arrastra el viento a ras de suelo. No porque el concierto hubiera sido malo... Es lo que tienen los conciertos íntimos y mágicos. A veces los disfrutas, pero hay noches en que la música escuece de una forma invisible. Y no es malo...
La segunda noche, Quique apareció con banda. Se desató la euforia, totalmente contrastada a los sentimientos previos. Ocurrieron milagros.
Y yo sé que fui, sin tener claro si iría. Algo me dijo: hoy es tu noche. Y es así de simple: estas cosas pasan.
Esas noches son de las q no se olvidan y son contadas con emocion durante años si...hace no mucho me paso algo parecido...somos frikis, si jajajajajaja
Que la proxima sea en compañia teacher, salud!
En el momento preciso, improvisando rutas con la certeza de que, aunque a veces nos cueste asimilarlo (normal, digo yo), vamos por el buen camino: el viento sopla a favor y no estamos solos, aunque se extrañen COSAS.
Y así es, llegas a tu casa a las 7 de la mañana, después de una buena conversación y de un buen encuentro inesperado, de los que se endulzan con el paso del tiempo, y unas risas tras las canciones... La noche termina en abrazos y "hasta luego".
Llueve, y cuando digo llueve, empieza a diluviar. Abres las manos, sin que nadie se de cuenta de ello. Regresas y ya eres distinto al de la noche anterior. Y sientes que eres el dueño de un imán, que como en los altavoces, atrae a los polos opuestos y expande el sonido para que los demás puedan escucharte, aunque no digas nada.
Pasas por delante de los escenarios de antiguos crímenes, escenarios mojados y cerrados, bares verdes, passenger's, abadías, las esquinas que seguimos doblando y las que no... Caras ausentes y caras nuevas. Sofás azules que ahora son marrones, jardines sin césped de trébol alemán, amuletos que nos protegen y el día empieza a clarear.
Subes al ascensor, tarareando una melodía reinventada.
Y tienes un amigo que dibuja arpegios en la guitarra y una cámara que también graba archivos de voz...
Se va, desaparece al tomar un taxi... Ha dejado de llover, por un rato.
¿Qué tendrán los directos que son capaces de crear todo un festín de almas brincando, surgidas de esa explosión de euforia que nada tiene que ver con lo escuchado en silencio y a solas... aunque sigan deportándonos al recuerdo?
Estás de pie; miras al escenario, y nada existe alrededor... todo un pasillo de luz hacia el centro y los lados... hacia todos los músicos que están creando notas de sensación en el ambiente.
Termina el concierto... y se crea una especie de síndrome por la rapidez y fin del evento. Y en el silencio... en la posterior escucha a solas... hay todavía resquicios de esa euforia pasada.
Que nunca se derrita tu sonrisa...
DEFENSA DE LA ALEGRÍA
Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas
defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos
defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias
defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres
defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y de la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa
defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
...y también de la alegría.
He visto las piezas del puzle (¡qué concierto!), y he comprendido cómo las mueves (como siempre), fabricando historias que son únicas. ¡Gracias por compartirlas!
Dylan es casi dios para mí... porque sólo él sabe lo que guarda dentro. Ese abismo es magnético, y lo único que lo diferencia del resto ante mí es el aura de no saber quien coño es... todavía.
"La imagen que te haces de tí, se hace realidad". Y que lo digas... tio. Hay cosas que solo se entienden siguiendo el camino.
Así es amigo! Si puedes pasarte por FNAC, no pierdas la ocasión de adquirir un ejemplar de "Bob Dylan - El álbum: 1956-1966", que se acaba de publicar.
Puse las palabras del señor Dylan en medio de un paréntesis hecho a base de imágenes recientes (que no falte el verde para ciertos pájaros) porque, por un lado, me resultan válidas en ciertas personas cercanas como, Quique González, por ejemplo (y también Gloria, Javi, Manolo, Nacho, Roberto, Bob, Dani, Jordi, Ariadna...). Pero, por otra parte, sé que yo también estoy reflejado ahí dentro, en ese paréntesis, porque hay un tipo de momentos que nos pertenecen y que nos los ganamos a pulso.
Decía el señor Escohotado en una canción de Calamaro que el miedo no evita el dolor, sino que además lo anticipa. Imagino que puede ocurrir los mismo cuando intuyes un buen momento. El viernes pasado tuve uno y... ya ves! Improvisé la ruta, el camino y me sentí vivo.
Me hace gracia una frase de Cioran: "es bueno dejar siempre una imagen incompleta de nosotros mismos". Por alguna razón tiene mucho que ver con todo esto, no?
Un abrazo!
P.S. Gente, nos vemos este viernes, de conciertos again!!
desde luego "CHABI" cada vez nos vamos conociendo mas, esa frase de dylan, es acertada. de momento la imagen que tengo de mi no corresponde a la que doy en realidad, ahora al leer esa frase, pienso que tal vez tenga el porque delante de mi.
Y SI, de algo no se quiere hablar para reservarlo. Y salvarte, y salvarlo. Y salvarla, si es el caso. O dejar caer cuatro gotas de lluvia, y cerrar el paraguas. Pedir el número a alguna rubia. Que no te abandonen. Que ya no puedan hacerte daño, o si. Reír. Pequeños detalles, pequeño rock and roll. y las vigilias por venir. el sofá sigue siendo azul, aunque parezca marrón. porque las cosas a veces solo parecen. No todos los bajitos son realmente bajitos. you know. y además..los conserjes de noche, siempre querrán escuchar algo de todo esto..y sino, los compramos..
A mi, hablando del destino, se me ocurre que tener el dominio de tu destino es como leer "Romeo y Julieta" por primera vez conociendo el final. Seguramente se disfrutaría mucho del trayecto pero el impacto no es el mismo.
Pues con la vida igual, si se lo que me pasará, la vida sería disfrutada, pero el final no me pillaría de sorpresa.
En efecto, Sergio, creo que la frase de Dylan es útil a la hora de definir ciertos momentos en los que te dejas llevar porque aún sin saber cómo, en medio del caos y de las dudas sientes que de repente te invade una especie de certeza, seguridad, confianza, llámalo fe en ti mismo si quieres, y decides arriesgar.
Creo que esa clase de predisposición es algo fundamental para dar saltos en la vida, y si no va bien... que nos quiten lo bailao!
Otra cosa es el concepto destino como limitación, que incita a pensar en algo que dejaría la vida sin sal, sin sorpresas... y todos sabemos, a fin de cuentas, cuál es "el único argumento de la obra", citando al poeta. Eso sería tender a lo trágico, que a veces también pasa... en periodos de lucidez semitrágica y existencial.
Respondiendo a lo que pusiste en mi blog, es una pena que hayan cerrado ese local que había cerca de tu casa. Es cierto que esos lugares preciados cada vez van desapareciendo o pasan desapercibidos a los ojos de una ciudad grande.
En mi localidad, que es bastante chica, hay en el centro un "café de las artes" donde hay muchos cuadros de artistas locales, revistas de cine, videos para alquilar, y se hacen reuniones sobre poesía, literatura y hasta pequeños conciertos de artistas locales importantes. Es un lugar muy lindo, que me llama a entrar cada vez que paso por ahí, pero hay un problema. Y es que a este local sólo concurren "adultos". Es decir, para alguien de mi edad puede ser muy interesante entrar, pero saber que hacerlo es ser observado como "bicho raro" es incómodo y hace que jamás quiera entrar. Es un prejuicio, lo sé, pero siento que no existen lugares de ese tipo para gente de mi edad con esos intereses. Los "jóvenes" no tenemos todos los mismos intereses y a los que nos interesa algo diferente nos vemos relegados a conocernos entre nosotros mediante internet. Es una pena, pero creo que esto no sólo sucede acá...
Te cuento esto porque lo que vos me contaste me hizo acordar a esto que me pasa, y simplemente quería compartirlo.
Te mando saludos! Y seguí disfrutando de la suerte de ver a Quique en show! ( a mi me encantaría!)
¿Por qué cuanta más gente conozco menos acompañado y más solo me siento?
¿Por qué me da miedo ver que nos queremos algo menos que antes pero te necesito?
¿Por qué hoy estoy melancólico (más de lo habitual)?