...y de fondo:
Overtime - Lucinda Williams
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"Es cuestión de temperamento, no de elección. Sencillamente, resulta imposible hacer otra cosa. El día que descubres frente a un piano que sirves para contar historias encuentras por fin sentido a la pregunta que todos nos hacemos. Descubres de una vez para qué has caído del cielo. No encuentras las respuestas, pero sí el sentido de la pregunta.
Busco en esos cajones extraños, en esos anaqueles difíciles de encontrar. Tropiezo allí con sorpresas estimulantes, con momentos de magia y conmoción. Si esperas que los anuncios publicitarios te traigan las sensaciones inesperadas es que eres carne de cañón para la manipulación del próximo milenio. "
He perdido toda esperanza de ser entendido", me dice Makaroff con una sonrisa que es escalofriante por su propia placidez de reconciliación. En mi aprendizaje de la audacia he descubierto que toda expectativa artística es una cuentra atrás hacia la decepción. Una cuenta atrás hacia el día cero en que se fosilizará el elástico tejido de nuestros pulmones, se apagará la llama que ilumina estos signos y se restablecerá la impotencia.
"
Toda literatura no tiene más referente que la ruina", dijo el poeta loco, recluido en Mondragón. Alonso de Quijano cabezea afirmativamente, viendo con tristeza a Dulcinea caerse de un rucio y convertirse en una labriega sin depilar. En la pantalla de mi televisor veo el discurso del androide de
Blade Runner.
Esa impotencia nos permite rozar los logros, pero nunca alcanzarlos por completo. Mejor que sea así. La satisfacción completa del deseo sólo genera hastío."